La actriz estadounidense Carrie Fisher ha fallecido a los 60 años, tras varios días en el hospital, según un comunicado de la famila. Popular por su mítico papel de la Princesa Leia en «La guerra de las galaxias», Fisher labró una carrera en Hollywood de la mano de la popular saga. Un papel que la hizo probar las mieles del éxito y que la llevó, de la mano de la fama imprevista, hasta los fondos más oscuros de la profesión.
La noche del 23 al 24 de diciembre, Carrie Fisher sufrió un infarto mientras volaba de Londes a Los Ángeles. Sobrevivió gracias a la reanimación cardiopulmonar que le realizaron en pleno vuelo y a la rápida intervención de los médicos del UCLA Medical Center de Los Ángeles que la ingresaron en urgencias.
Desde entonces, ha permanecido ingresada en la UCI, con pronóstico estable dentro de la gravedad, hasta que su familia ha comunicado el fallecimiento a través de la revista «People». El portavoz de la familia, Simon Halls, publicó una declaración en nombre de la hija de Fisher, Billie Lourd: «Con una tristeza muy profunda, Billie Lourd confirma que su amada madre Carrie Fisher falleció a las 8:55 de esta mañana», dice la declaración. «Amada por el mundo, se la extrañará profundamente. Toda nuestra familia agradece los pensamientos y oraciones por ella», añade la nota.
Su valentía y bravura en defensa de las fuerzas rebeldes contra el malvado Imperio, su característico peinado de rodetes y su apasionado romance con Han Solo (Harrison Ford) fueron los puntos más destacados de la princesa Leia, un papel que lanzó a la fama estelar a Carrie Fisher y del que, a la larga, nunca podría escapar. La intérprete había retomado su carismático rol en el exitoso relanzamiento de la saga «El despertar de la fuerza» (2015) y su participación en el «Episodio VIII» (2017) estaba confirmada.
Primeros pasos
Hija del animador Eddie Fisher y de la actriz Debbie Reynolds, Fisher nació el 21 de octubre de 1956 en Beverly Hills y se crió en el mundo a veces tumultuoso del cine, el teatro y la televisión. Sus primeros pasos en el mundo de la interpretación los dio como estudiante de arte dramático en la Royal Central School de Londres y como parte del elenco de «Irene» (1973), un musical de Broadway que protagonizaba su madre.
Su debut en el cine llegó de la mano de Warren Beatty, que durante mucho tiempo tuvo entre ceja y ceja el proyecto de la película «Shampoo». Finalmente la acabaría dirigiendo Hal Ashby y se estrenó en 1975 con Beatty y Julie Christie como protagonistas y Fisher en un rol secundario. Por aquellos años, el joven cineasta George Lucas trataba de sacar adelante un ambicioso filme de ciencia-ficción en el que casi nadie de la industria de Hollywood confiaba. Para el papel de la Princesa Leia, que sería el único rol femenino con verdadero peso en la trilogía original de «Star Wars», sonaron los nombres de Amy Irving o Jodie Foster, pero fue Carrie Fisher quien finalmente se metería en el set de rodaje junto con Mark Hamill (Luke Skywalker) y Harrison Ford (Han Solo).
Contra todo pronóstico, «La guerra de las galaxias» (1977) arrasó en taquilla y se convirtió en un todo fenómeno de fans, al mismo tiempo que en una imparable máquina de hacer dinero. Según Box Office Mojo, el filme está en el puesto número dos de la lista ajustada a la inflación de películas más taquilleras de la historia, con 1.534 millones de dólares de recaudación, sólo por detrás de «Lo que el viento se llevó» (1939), con 1.740 millones.
Esplendor y adicciones
Fisher regresó al universo de «Star Wars» en «El imperio contraataca» (1980) y «El retorno de Jedi» (1983), sus años de mayor esplendor pero también, como desvelaría tiempo después, una época en la que comenzaron sus problemas con el alcohol y las drogas que le llevarían a recibir tratamiento por sus adicciones. «La gente quiere que diga que estoy asqueada de interpretar a Leia y que eso echó a perder mi vida. Pero si mi vida era tan fácil de arruinar, entonces merecía ser arruinada», dijo en una entrevista en 2015 para «The Daily Beast» la actriz, que padecía trastorno bipolar.
Tras «Star Wars», la popularidad de Fisher cayó progresivamente y su carrera no tuvo la continuidad necesaria para conservar su estatus de estrella en Hollywood, aunque su nombre apareció en los créditos de películas como «Granujas a todo ritmo» (1980), «Hannah y sus hermanas» (1986) o «Cuando Harry encontró a Sally» (1989).
Entonces, la actriz dio un giro a su trayectoria y comenzó su labor como escritora. Entre el puñado de libros que firmó destaca «Postales desde el filo», una novela con tintes autobiográficos que llegaría a la gran pantalla en 1990 con guion de Fisher, dirección de Mike Nichols y con Meryl Streep y Shirley MacLaine como líderes del reparto. También escribió las novelas «Delirios de la abuela» (1993) y «Lo más horrible existe» (2004), las obras de no ficción «Wishful Drinking» (2008) y «Shockaholic» (2011) y los guiones de las películas «These Old Broads» (2001) y «E-Girl» (2007).
Últimos trabajos
Sus últimos trabajos en el cine, antes de regresar a la saga «Star Wars», fueron «Hermandad de sangre» (2009, Stewart Hendler) y «Maps to the Stars» (2014, David Cronenberg). Recientemente había presentado el volumen de no-ficción «The Princess Diarist», en el que entre, otros secretos, reveló que mantuvo un romance con Harrison Ford durante el rodaje de «Star Wars», en una irónica recreación en la vida real de lo sucedido entre sus personajes de Han Solo y la princesa Leia.
Fisher estuvo casada fugazmente en los años 80 con el cantante Paul Simon. Posteriormente, tuvo una relación con el representante Bryan Lourd, fruto de la cual nació su hija Billie Lourd, que también es actriz.