Purificar el hígado graso
El problema del hígado graso es, lamentablemente, muy frecuente: se trata de la acumulación de grasa en las células del hígado, a causa de la obesidad o del colesterol alto.
Los 16 alimentos que te presentamos a continuación te ayudarán a mantener tu hígado sano, limpio y en excelente funcionamiento.
Chía
La chía fue un alimento fundamental en la dieta azteca y maya por cientos de años, porque tiene innumerables beneficios para la salud. Tres cucharadas soperas contienen 5 gramos de proteína, 200 mg de calcio, 10 g de grasas saludables y 12 g de fibra.
Esta semillita es un gran aliado para limpiar el hígado porque las grasas que contiene son muy saludables y contribuyen muchísimo a mejorar el flujo de la sangre. Además, al entrar en contacto con los líquidos de los alimentos generan un gel que impide al aparato digestivo absorber todas las grasas y el colesterol de la comida.
Toronja
Los compuestos de la toronja hacen que las grasas que están en el hígado se oxiden y desaparezcan, así que es un alimento ideal para combatir y prevenir el problema del exceso de grasa acumulada.
Un vaso de jugo de toronja por la mañana te ayudará a desechar las grasas del cuerpo y a disminuir los niveles de azúcar, ayudándote a tener un hígado sano y limpio.
Nuez de Brasil
Como todas las nueces, las de Brasil son una excelente fuente de proteínas y vitamina E, pero además, son uno de los alimentos más ricos en selenio (tienen unos 80 microgramos cada una). Este elemento es un súper antioxidante, que protege y regenera las células del hígado, fortalece sus defensas y les da a los tejidos del hígado la elasticidad que necesitan para conservarse sanos.
Ajo, cebolla y chalote
El ajo tiene componentes a base de azufre, que desintoxican el hígado y eliminan del cuerpo el mercurio que consumimos en algunos aditivos de los alimentos industriales. Cuando reducimos así las toxinas, el hígado tiene menos trabajo y se conserva más sano. La cebolla, el puerro y el chalote, que son familiares del ajo, también tienen esos olorosos y benéficos componentes.
Te recomendamos dejar reposar unos minutos el ajo después de picarlo o triturarlo, antes de someterlo al calor o a ingredientes ácidos, como el jugo de limón. Esto permitirá que las enzimas benéficas que contiene funcionen mejor y te permitirá aprovechar al máximo sus beneficios.
Semillas de lino (linaza)
Las semillas de lino (linaza) tienen una gran cantidad de Omega-3, que ayuda a disminuir los niveles de grasa en la sangre y tiene propiedades antiinflamatorias.
Además, la linaza tiene mucha fibra soluble e insoluble. La primera ayuda al cuerpo a no absorber el colesterol de los alimentos, mientras que la insoluble previene el estreñimiento, que también es una forma de intoxicación y que le genera muchos problemas al hígado.
Lo mejor es consumir la linaza molida, para asegurarse de que se digiera; se puede comprar entera y moler en casa. Para consumirla, se puede añadir a los alimentos dulces o salados. Tiene un ligero sabor a nuez, hace más espesas las preparaciones líquidas y les da elasticidad a las masas de pan.
Aceites vegetales
Los aceites de oliva, macadamia, nuez, aguacate y coco tienen una estructura que ayuda a la sangre a fluir bien por las venas. Esto es muy importante para el hígado, pues para mantenerlo libre de toxinas es muy importante que la sangre fluya libremente.
Hay que tratar de evitar al máximo las grasas animales, que bloquean las arterias y optar por estos aceites, que nos ofrecen una variedad increíble de sabores.
Grosella de la India
Esta grosella originaria de la región tropical de Asia es muy conocida porque es una de las mejores fuentes de vitamina C, lo que no es tan sabido, son sus múltiples propiedades para limpiar y sanar el hígado.
¿Cómo ayuda? Gracias a la gran cantidad de antioxidantes que contiene, que ayudan a liberar todas las toxinas que día a día se almacenan en el hígado.
Las propiedades benéficas de la grosella de la India para el hígado son tantas que se usa en padecimientos muy graves, como la cirrosis. En el caso del hígado graso, que afortunadamente es un problema reversible, estos beneficios son una ayuda invaluable.
Brócoli
El brócoli y los demás vegetales de su familia (la coliflor y las coles blanca, roja, rizada y de Bruselas) contienen también componentes a base de azufre, que les dan el ligero sabor amargo que tienen cuando están crudos, pero que también ayudan muchísimo a la desintoxicación del hígado.
Si reemplazas carbohidratos por vegetales de esta familia, no sólo vas a perder unos kilitos, sino que estarás contribuyendo a la salud de tu hígado.
Cúrcuma
La curcumina, el componente esencial de esta especia, ayuda a neutralizar los elementos de las grasas que más dañan al hígado, así que es un excelente aliado para tratar y prevenir el hígado graso.
Además, tiene efectos antiinflamatorios que ayudan al hígado a funcionar mejor y a desempeñar bien su trabajo de desintoxicación.
Té verde
Los antioxidantes del té verde ayudan a proteger las células del desgate y de las toxinas del ambiente; además, se ha visto que el consumo habitual de este té ayuda a limpiar la grasa presente en las células del hígado, así como a aliviar la inflamación causada en este órgano por el exceso de grasa.
Además, el té verde ayuda a disminuir el porcentaje de grasa en el organismo, porque impide que el intestino absorba los excesos de grasa de los alimentos, así que es también un súper aliado para perder peso.
Papaya
La papaya tiene vitaminas, hierro, calcio y muchos otros nutrientes, Sin embargo, su encanto principal son las enzimas digestivas que contiene: papaína y quimopapaína. Estas enzimas ayudan muchísimo a mejorar las funciones del hígado, manteniéndolo sano y limpio.
Ambas se encuentran principalmente en las semillas, que puedes secar y moler o comprar como extracto. Incluir estas semillas en tu dieta no sólo ayudará mucho a limpiar tu hígado, sino que mejorará tu digestión en general.
Aguacate o palta
El aguacate (palta) es un súper alimento para el hígado, porque contiene grasas saludables que ayudan a bajar los niveles de colesterol “malo”. También tiene muchos antioxidantes, que reparan las células dañadas del hígado, y ayuda a desinflamar las células, previniendo así daños más graves.
Las grasas buenas del aguacate son perfectas para la dieta de las personas que padecen de hígado graso, porque les da a las recetas un toque cremoso sin añadir ningún componente dañino. Así que ya sabes, ¡adelante con el aguacate!
Nueces
Las nueces son un arma deliciosa contra el problema del hígado graso. Contienen muchas proteínas, que ayudan a construir nuevas células en el hígado, así como antioxidantes, que reparan las que ya están dañadas.
Además, las nueces están protegidas de las toxinas del ambiente, gracias a su cubierta natural, por lo que no le dan trabajo extra al hígado cuando son procesadas.
Las nueces de pacana son especialmente ricas en una variedad de vitamina E que ayuda a disminuir en más de 30% los niveles de colesterol en la sangre.
Comino
Esta especia es una gran ayuda contra el hígado graso, ya que mejora mucho las funciones de absorción y digestión que realiza este órgano. Así, le ayuda a desempeñar mejor sus tareas de desintoxicación y evita que caiga enfermo.
El intenso sabor del comino, muy usual en la cocina mexicana y de Oriente Medio, puede usarse para sazonar muchos platos y disminuir el consumo de sal, que es dañina si el hígado no anda muy bien.
Tamarindo
El tamarindo tiene propiedades que protegen y purifican el tejido del hígado. Sus componentes ayudan a reducir los niveles de colesterol de la sangre, a eliminar la grasa que se acumula en las células del hígado y a procesar la que se consume en los alimentos, de manera que no se quede almacenada en este órgano.
Incluye esta fruta en tu dieta preparando con ella un té o una bebida refrescante: es sabrosa y te ayudará muchísimo.
Almendras
Además de tener tanto calcio como la leche, vitaminas E y A y ácido fólico, las almendras contienen mucho magnesio, que contribuye enormemente al flujo de la sangre en el hígado y, por lo tanto, a la desintoxicación.
Por si fuera poco, reducen el nivel de azúcar en la sangre después de las comidas, una función invaluable cuando se tienen problemas de hígado graso, ya que los niveles altos de azúcar son una de las causas más habituales.