Los circos con animales están en el punto de mira. En países como México o en regiones como Cataluña son cosa del pasado. Allí, los partidos políticos han hecho caso de las demandas de las organizaciones ecologistas, que tachan a este tipo de espectáculos de bárbaros e inhumanos, y los han prohibido. Pero en otros muchos lugares del mundo siguen siendo algo legal. Como en China.
Del gigante asiático viene esta impresionante foto de un ‘entrenador’, látigo en mano, a punto de castigar a un mono que le mira con cara de pánico, después de haber realizado de manera incorrecta un ejercicio con una bicicleta. La imagen es obra del fotógrafo Chu Yongzhi, del Zhejiang Daily Press, y ha sido premiada en la categoría ‘naturaleza’ en los prestigiosos galardones World Press Photo de 2015.
Cualquier amante de los animales sentirá un nudo en su garganta al contemplar la cara del primate, totalmente horrorizado y asustado. La presencia del hombre, autoritario con su instrumento de tortura en mano añade dramatismo a la composición. Pero no se trata de ningún cuadro ni de una obra artística: es una terrible realidad que sucede a diario en todo el mundo.
Los animalistas defienden que en los circos de este tipo los elefantes son golpeados hasta que pueden replicar los pasos que los trabajadores les exigen. Que los tigres malviven en diminutas jaulas y que se estresan en los viajes en carretera. Y que muchos de los animales no son alimentados de manera correcta.
Algunos de los países que han prohibido los circos con animales son Grecia, Paraguay, El Salvador, Perú, Holanda o Chipre. En España, solo comunidades como Cataluña o ciudades como Málaga han dado el paso. Quizás después de ver imágenes como la de Chu Yongzhi, más ciudadanos tomen conciencia de que este tipo de espectáculos no son nada recomendables.