Algunas películas tienen el poder de mantenernos pegados a la butaca por su buena calidad. Otras, sin embargo, desatan estampidas en las salas de cine por su terror hiperrealista o por llevar el género gore hasta sus últimas consecuencias. A veces también, para desgracia de los directores, las bajas de producen por el sopor que da ‘tragarse’ ciertas historias. Repasamos los títulos más difíciles de visionar en su totalidad.
The Walk (2015) La nueva película de Robert Zemeckis relata la hazaña del funámbulo francés Philippe Petit que en 1974 cruzó la distancia que separaba las Torres Gemelas de Nueva York caminando sobre un cable tendido entre las dos azoteas. Conocido por la innovación continua en sus películas, el director utiliza el 3D para provocar vértigo en los espectadores y así, “sientan” la experiencia. Pero tras su paso por las carteleras de todo el mundo, sabemos que más de un espectador “lo sintió más de la cuenta”, teniendo que salir de la sala por los mareos y los vómitos por culpa del vértigo extremo. Afortunadamente para Zemeckis, solo los espectadores más sensibles a las alturas pueden sufrir estas consecuencias. A pesar de aquellos que tuvieron que salir corriendo de las salas, la película ha sido alabada por la crítica. El cineasta quería que ‘The Walk’ fuera realista y sin dudas, lo ha conseguido. (Imagen: ©Sony Pictures)
El exorcista (1973) William Friedkin dirigió una de las cintas de terror más aclamadas de la historia: 'El exorcista’. Allá por los setenta el público no estaba acostumbrado a escenas tan crudas y llenas de sobresaltos, lo que ocasionó numerosos ataques de nervios entre los temerarios que pagaban por verla. No obstante, las salas norteamericanas sacaron partido de la controversia y promocionaron la superproducción colocando ambulancias en sus puertas para atender los posibles desmayos. El lado amargo de esta locura colectiva es una demanda recibida por los productores, interpuesta por un señor que se rompió la mandíbula tras desmayarse. (Imagen: ©Warner Bros)
La pasión de Cristo (2004) Otra película con tintes religiosos que horrorizó al público fue 'La pasión de Cristo’, dirigida por Mel Gibson. En el estado americano de Wichita, una espectadora llamada Peggy Scott, de 58 años, murió de un ataque cardíaco mientras presenciaba la escena de la crucifixión. Esta secuencia también acabó con la vida del pastor protestante brasileño Jose Gerardo Soares. Huelga decir que la psicosis colectiva se contagió hasta el punto de empañar la finalidad didáctica de Gibson, que quería acercar a las masas su fervor cristiano. (Imagen: ©Icon Productions)
127 Horas (2010) Danny Boyle consiguió muy buenas críticas con '127 Horas’, pero no calibró el impacto que iba a provocar una de las escenas del filme. En la misma, el nominado al Oscar James Franco simula una auto amputación del brazo. La ocurrencia derivó en un amago de infarto registrado, así como en un sinfín de ataques de pánico y desmayos. (Imagen: ©Fox Searchlight Pictures)
Saw III (2006) La tercera entrega de la franquicia 'Saw’ es la más difícil de digerir. El festival de vísceras humanas desencadenó hasta cuatro desmayos diagnosticados en Reino Unido e hizo que los amantes del gore fueran en peregrinación a sus cines más próximos. Lamentablemente los más 'blandos’ no aguantaban ni la mitad del metraje. (Imagen: ©Paramount Pictures)
Paranormal Activity (2007) El terror es tan rentable como problemático. Oren Peli se dio cuenta cuando lidió con una asociación italiana de padres que pedía la retirada de su cinta por, presuntamente, haber doblado los esfuerzos de los servicios de urgencias. (Imagen: ©Paramount Pictures)
Reservoir Dogs (1992) La violencia que utiliza Quentin Tarantino en sus películas a veces sobrepasa todos los límites. Las cantidades ingentes de sangre que se muestran tuvieron efectos nocivos para la salud de algunos espectadores y, para que alcanzaran niveles creíbles, en el rodaje se contrató incluso a un paramédico. (Imagen: ©Miramax Films)
El Rey León (1994) Una cinta tan inocente y tierna como 'El Rey León’ también provocó abandonos en las salas de cine. La desolación de sus espectadores más menudos, ante la muerte del padre de Simba, obligó a algunos responsables de salas a reubicar a los niños fuera durante una temporada para que no vivieran la intensidad de la tragedia. (Imagen: ©Disney)
Irreversible (2002) El realizador Gaspar Noé fue muy criticado por los efectos sonoros utilizados en 'Irreversible’. En la primera parte se usaban infrasonidos que provocaban mareos y ansiedad, de una manera similar a las vibraciones creadas por los terremotos. (Imagen: ©StudioCanal)
El proyecto de la bruja de Blair (1999) 'El proyecto de la bruja de Blair’ fue una producción muy rentable, pero no terminó de convencer a los cinéfilos más asiduos. Miles fueron los que desertaron por su dudosa calidad y otros tantos por el vaivén de las cámaras, que se adentraban vertiginosamente en pasillos, vestíbulos y baños. Los vómitos y las náuseas no cesaban durante su visionado. (Imagen: ©Haxan Films)